Días azules teñidos por líneas naranjas, una corriente de aire mandaba señales coreográficas a los árboles para danzar juguetones a mi alrededor. El amor había llegado a mí ese 3 de octubre. Mis días soleados tienen el color de tus ojos, los días con lluvia saben a recuerdos alegres y plenos. Cada escena de esta historia de amor compartida contigo sabe a un recuerdo dulce. Contemplar la sonrisa más hermosa, risueña y cálida, me transporta a una realidad que se puede tocar.
Zapatos mojados, hojas escurriendo agua sobre nosotros, luces de la ciudad cambiando al son del tiempo inminente. Sentimientos de plenitud acompañados de risas tiernas. He sido encantada con la realidad de ti. Amo al Pablo del día a día. La fantasía no tiene por qué superar a la realidad, mientras la realidad se muestre tal cual: con blanco, negro y diversos tonos grises.
Eres mi sendero. Eres la más dulce melodía con la cual haya podido deleitarme. Pero aún el cielo más bello, desaparece.
Creí que el sol eterno estaría sobre mí, dándome una señal de luz, indicándome hacia dónde correr, pero las estaciones del año se lo están llevando.
¿Por qué cada día veo a ese sol radiante de octubre alejarse de mí? ¿Por qué cuando lo llego a ver su luz es fría? ¿Por qué a su paso solo deja agua caer sobre mis ojos, si antes dejaba luz naranja y calidez?
Nubes que me atormentan, y mi refugio ahora está inundado de tristeza y frialdad. ¿Será que llegó el momento en el que el sol cambiará de color y de horizonte para alejarse de mí?
La mano en la que me apoyaba se ha vuelto de polvo, e intenciones mundanas opacan la ternura. O tal vez es mi egoísmo que crece al no verlo como en meses de primavera. Algo es seguro: la luz y el calor del sol sondiferentes. ¿Debería no prestar atención y simplemente ignorar mis sentimientos?
Ojalá el tiempo pudiera traer a Pablo de vuelta a mi lado.