Lo que escribí para alguien que no existía

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Con tinta y puño en mano escribo estas líneas para ti, que fuiste el amor de mi vida.

Cuando nuestra historia comenzó nunca imaginé ese día. Fue como en los cuentos de fantasía donde ese alguien llega y llena los vacíos no notorios. Creía que tú habitarías cada espacio de mi corazón y te quedarías.

Todo era nuevo, el amor me invadía y en tus brazos me perdí. Aquel corazón de hojalata abrió sus puertas a un mundo nuevo del cual no tenía conocimiento. Tú lo sabías. Temerosa daba los primeros pasos cuando lo único seguro en este universo era mi amor tan inmenso, amor que hasta hoy habita por ti.

Escribo porque sé que de esta forma podré llegar a ti, podrás leer entre mis líneas y saber que eres tú. Siempre has sido tú aquel amor de verano, amor que no caduca,  que crece. A pasar de las pruebas que este universo le puso en frente a este amor que ya no existe, sé que en cada espacio y partícula persiste: aún siento tu presencia muy cerca de mí, como si aún estuvieras aquí. Abrazo los recuerdos como si hubiera sido ayer y trabajo en la mujer que quiero llegar ser, aquella mujer que aún sigue aquí.

No te miento, hay días que soy menos fuerte y deseo que estés aquí; que jamás se haya  esfumado todo aquello que construimos, que nuestra historia continuara y no tuviera fin.  Aunque puedan parecer unas letras sin finalidad, de corazón espero que aún recuerdes aquella canción, o nuestro primer beso en esa habitación. Desde tu partida has dejado mi alma vacía y no paro de pensar en ti cada vez que el sol se oculta, ni en como sería todo si estuvieras a mi lado todavía.

Vaya ironía, ¿no? Quién lo diría que te perdería y yo estaría completamente arrepentida. Quizá la vida sea injusta, o yo muy ilusa al pensar que siempre te quedarías. Un perdón no basta y nunca será suficiente si mis actos no cambian. Me tomó tiempo entenderlo o quizá pensarlo. Al final todas tus palabras fueron ciertas: yo te lastimaba y no me daba cuenta.

Y hoy que escribo estas letras, me arrepiento de perder el tiempo y no haberte amado de forma correcta; de la forma que me hubiese gustado amarte o incluso expresarme. Dicen que las personas siempre vivirán arrepentidas si no arriesgan, y es cierto. Contigo aprendí a arriesgarme y hoy que no estás, esa persona ya no volverá jamás.

Es momento de avanzar, pero aún pienso que encontrarte no estaría mal. Te extraño y, aunque no existas, sigues presente en cada momento.

Sé que las palabras se las lleva el viento. Ojalá éstas lleguen hasta ti.

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