Dientes

Me tiré el diente cayéndome de la bicicleta. Me dolió muchísimo y hasta sangre me salió y mi mamá se puso a gritar como loca. El doctor me limpió y me inyectó un líquido que ardía como chile. No pude cenar ese día ni desayunar al siguiente y la leche me la tenía que beber con un popote. No me importa el agujero que tengo en la boca porque el doctor me dijo que me saldrá otro diente. Pero me molesta que Hugo, el grandote del salón, se burle cuando me río. No se asusta cuando le digo que Paz le arrancaría la mano de un mordisco. Dice que tiene dos perros grandísimos que se lo comerán en cuanto se les aparezca.

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Comentarios (1)

¡Qué belleza de libro! Gracias por la generosidad y el acompañamiento.

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