Reprimidos

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Despiertas y la miras mientras aún duerme. Se ve tranquila. Tratas de llamarla por su nombre. En lugar de eso dejas escapar un balbuceo. Quieres decirle cuánto la amas. Desde hace meses lo sientes, pero no te atrevías a mencionarlo por miedo a no ser correspondido. Acaricias su mejilla e intentas hablar con el corazón. Lo único que sale de tu boca es, nuevamente, un sonido ininteligible. 

Carraspeas. Tratas de decirte algo a ti mismo, pero no articulas ninguna palabra, solo haces ruidos sin sentido. Te levantas abruptamente y miras tu reflejo en el espejo. Abres la boca, ves la profundidad de tu garganta. Quieres decir tu nombre en voz alta. Tus cuerdas vocales también se niegan a pronunciarlo, aparecen una vez más los balbuceos. 

Vuelves a la cama para despertarla, la sacudes. Suelta un sonido como señal de reclamo. Cuando trata de hablar, aparece también un balbuceo que no sirve para entenderla. Arquea las cejas sin comprender lo que sucede. Intentas comunicarte con ella, pareces un simio gruñendo y agitando los brazos. Se asusta. Entiende lo que ocurre, ahora los dos están chillando como animales. 

Colocas tu mano en su hombro para tranquilizarla. La abrazas. Piensas en el tiempo que llevas con ella. Desde hace meses duermen juntos, pero sabes que no son nada. Su cuerpo tiembla. De pronto se escuchan gritos y chillidos en la calle. Son horribles. Sales apresurado para ver qué es lo que ocurre. Los vecinos se lanzan sonidos como si fueran criaturas salvajes. Nuevamente tratas de hablar, pero te conviertes en parte del alboroto. 

El escándalo se escucha a lo lejos, parece que la ciudad entera está pasando por lo mismo. Vuelves rápido a la casa. Ella te llama con alaridos. En cuanto te mira se aferra a tu cuerpo. Te das cuenta de que la televisión está prendida. Un reportero chilla y balbucea mientras señala a más personas que hacen lo mismo.

La miras a ella, está llorando. Besas su frente. Tratas de consolarla con una palabra que la reconforte. Sueltas un gruñido. Te llevas las manos a la cabeza. Quisieras decirle todo lo que antes no te atreviste, pero ahora es imposible. 

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