Ha llegado el momento de decirnos adiós. Para esta despedida, quiero incluir en mi maleta las fotografías que tomé y me hicieron crear memorias alegres que solo yo entendería. También quiero empacar todo aquello que conserve un pedazo de mi corazón, porque sé que de otra manera terminará olvidado en un cajón o tirado en la basura.
Ahora recogeré algunos sentimientos rotos, los cubriré y restauraré para luego entregarlos a la vida, ésos no serán guardados, ya que no hay efecto más gratificante que mirar una sonrisa de vuelta. Guardaré la esencia del alma, pues he comprobado que descongela el más frío de los corazones. Es conveniente preparar el equipaje con una carga ligera, porque estoy en un viaje continuo y en mi andar encontraré nuevas historias, paisajes regocijantes y personas que serán parte del fantástico collage que he estado completando con el tiempo.
También será necesario soltar en este instante lo que ya no tiene cabida. El ejercicio de escribir aquella carta de amor que no entregué, resultó ser un paliativo efectivo; así como el ensayo en el que soñaba tener tantas habilidades y profesiones, en aquel entonces me limitaron a escribir sólo una. Qué magnifico se vuelve el mundo cuando uno viaja con seguridad y a pesar de las opiniones contrarias hay manera de cumplir los sueños de la infancia. Todo se encamina para mostrar la belleza del presente y hacer evidente la evolución, enfatizando que no hay razón para claudicar y aún hay tiempo para suspirar, respirar y seguir adelante.
Quiero agregar mi listado musical, el cual se compone de algunos eslabones indispensables para retomar energía: me permiten conectar con las remembranzas más valiosas y las nuevas canciones se funden con nuevas emociones.
Por mucho tiempo cargué conmigo un itinerario recto y el tiempo me mostró que en los caminos de la vida la inflexibilidad no siempre es la mejor aliada, a veces sólo basta no tener planes, aprovechar la oportunidad y permitirse disfrutar el momento. Así que en esta nueva década que comienzo, puedo observar que todo avanza y es cuestión de enfoque y gozo. Los momentos positivos serán los futuros eslabones y los negativos serán parte del diccionario enciclopédico de aprendizajes, mi infalible libro bajo el brazo para seguir andando.
En el pasado había adquirido boletos de ida y regreso, hoy solo quiero viajar con la mochila ligera y un ticket hacia donde yo decida, siempre de manera agradecida y encontrando lo que me enlace con el universo.
16