La decisión es parte esencial de nuestra vida, de nuestro día a día. Tomamos decisiones todos los días, cada hora, cada minuto y cada segundo.
Una decisión es un nuevo camino que tomamos y que no sabemos adónde nos llevará. Todos los días nos enfrentamos a varios caminos bifurcados que nos llevarán a un resultado que no podemos predecir. El resultado podría ser positivo o negativo.
¿Cómo sabemos qué decisiones y qué caminos tomar? ¿Cómo sabes que el camino que estamos tomando es el camino correcto para nosotros?
Cada vez que me enfrento a tomar decisiones, ya sean pequeñas o grandes, primero pienso en los resultados que podría obtener. El sentimiento de incertidumbre me hace sentir miedo de tomar nuevas decisiones.
“Si tuviera que elegir mi destino, elijo el camino correcto aunque camine con los ojos cerrados”, dice una de mis canciones favoritas. La recuerdo cada vez que dudo de mí mismo y me siento inseguro sobre mis caminos y decisiones.
Esa letra me ayudó a creer que el camino en el que estoy es el correcto y que al final funcionará. Me ayudó a darme cuenta de que la vida sube y baja y, como el mar, se volverá más tranquila y estable día a día. A pesar de que los días difíciles continúan, y de que a veces me siento atascado en la idea de que el futuro será igual, creo que las cosas definitivamente mejorarán.
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