Muchos astrónomos han mencionado que la Tierra no es tan especial como creemos. Se ha dicho que no es el centro del universo, que su posición respecto a su estrella es parecida a la de otros planetas, que contiene agua líquida al igual que muchos lugares, etc. Sin embargo, somos el único planeta conocido que alberga vida.
Recuerdo que en un seminario impartido por la ESA, el ponente mencionó que las probabilidades de que un planeta albergue vida es de una en un cuatrillón.
Escuchar esta cifra me pareció muy desalentador. Por un segundo consideré que en verdad estábamos solos, pero entendí la magnificencia que esto representaba. Somos un milagro.
Desde un punto de vista científico, los componentes para que se origine la vida son aleatorios. Tienen que suceder miles de millones de sucesos para que esto ocurra. En esa mínima probabilidad, es donde radica nuestra fugacidad.
El universo nació hace 13.8 mil millones de años. Los Homo sapiens surgieron hace unos 100 mil años. Las grandes civilizaciones tienen alrededor de 10 mil años. Y apenas logramos mandar el primer satélite al espacio en 1957.
Recordemos que la definición oficial de vida inteligente, es aquel ser que tiene la capacidad de establecer una comunicación interestelar. ¡Llevamos poco más de seis décadas de inteligencia! Y es un decir, ya que la gran mayoría de las personas no entramos en este concepto.
Pienso en los egipcios que veían el universo hace 5,000 años sin la contaminación atmosférica. Lo miraban con esperanza. Hoy en día a muchas personas se les olvida voltear al cielo y preguntarse qué hay ahí afuera. Parece ser que la contaminación no sólo nos quitó la posibilidad de ver estas maravillas a simple vista, también nos quitó las ganas de cazar estrellas fugaces para pedir deseos.
Hoy estamos en un punto clave para nuestra continuidad. La gran mayoría de las personas ha dejado de voltear hacia arriba, pero definitivamente a todas y a todos se nos ha olvidado mirar hacia abajo y recordar dónde estamos parados. Nuestra Tierra es ese milagro de condiciones aleatorias que se dieron para que podamos existir.
Si no queremos que nuestro paso por el cosmos sea un destello fugaz, es fundamental comprender el mundo en el que vivimos y escuchar lo que nos dice. La Tierra nos dio una oportunidad casi imposible. Es momento de regresarle el favor.
Para más información astronómica y para ver imágenes de nuestro cosmos, las y los invito a acceder a @eluniversocuenta en IG y FB. *Fotografía tomada con telescopio Takahashi y cámara ZWO 6,200 PRO.10
