Nunca parece suficientemente bueno

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Tal vez quiero algo como Werther. Quiero que quienes lo lean se sientan con ganas de usar un saco amarillo y andar con pistola en todos lados; por si los amores. Ya me lo estoy imaginado: un texto al estilo epistolar, pero moderno, en vez de cartas pueden ser por correos, o más moderno: mensajes de WhatsApp. Quiero que mi personaje muera por un amor, pero que su amada no sepa que muera por ella. Tal vez sí use los mensajes de WhatsApp, pero que estos sean dirigidos a un amigo desconocido, o, tal vez, que se la pase escribiendo cartas digitales que nunca envió; textos donde desahogue su rabia, cariño y decepción. Ya me lo imagino, habrá tres tipos de cartas, las primeras hablaran del dolor a la decepción: los primeros días era mucho dolor, no podía ni estar, en cualquier momento libre los pensamientos perseguían su tranquilidad y solo quedaba un rastro de miedo, porque más que amor, lo que quería era estar con ella. Las segundas cartas serán más de ira, le reclamará todo aquello que hizo mal, girará en los mismos escenarios para cada vez encontrar nuevas cosas para odiarla, buscando las respuestas del porqué no pudieron seguir juntos, sin embargo, su baja autoestima volteará esa obsesión hacía él mismo. Dejará de ver problemas en ella para encontrarlas en sí mismo: se sentirá culpable y querrá recompensar todo lo que hizo mal. En las últimas se entregará en total sumisión con la esperanza de que regresen. Sin darse cuenta, todos esos pensamientos negativos le metieron en la cabeza la idea de que no hay nadie como ella, que únicamente vale cuando están juntos y, de repente, cuando por fin buscará un regreso a la relación, le rogará que vuelva y ¡Zaz! se enterará de que ya tiene otra pareja y, de nuevo, su mundo cae y ahí es cuando buscará las pistolas, aunque para ser más moderno, buscará la línea amarilla del metro y cuando su cuerpo adopte a las vías, los peritos encontrarán su celular con todas las cartas digitales que no envió y su última oración escrita será algo cómo: “nunca nadie te ha escrito tanto como yo”. Ya me lo estoy imaginando o, tal vez, lo mejor no sea hacer algo como Werther, tal vez sería mejor escribir un flujo de conciencia totalmente errático, quiero, justamente, mostrar  una mente que no está sana. Empezaría, tal vez, describiendo un plato de comida, pero regresando constantemente a un detalle, dando a entender que quien narra, su principal característica es ser alguien obsesivo, o, tal vez, me gustaría hacer algo más como Farabeuf

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