
Escucho la más dulce pieza, expresando mi propia danza,
capturando el instante de mi bonhomía:
elocuente danza que desborda pasión,
transformando mi alma en pétalos de rosas,
en tan efímera fantasía.
Abrázame, por favor.
Escuchar el susurro de mi voz,
diciéndome: Te ves hermosa.