Espoiler: No morí

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Quizás ahora formo parte de este cliché que somos quienes regresamos de la muerte para disfrutar de la vida, aun así, no le debemos nada al resto, ni felicidad ni una renovación ni una nueva postura filosófica; sin embargo, algo que pude hacer solo yo es mirar el mundo con mis propios ojos… eso hacemos todas las personas, ¿no? Pues resulta que no.

A veces cuesta tanto (taaanto) salirnos de nuestros propios espacios, murallas y caparazones; buscamos más de una razón (pretexto) para quedarnos donde ya no se está a gusto, lo cierto es que nada nos pertenece y nosotras mismas podemos decidir nuestro origen y, por ende, el destino.

Las raíces son propias de las plantas (yo no lo soy), nosotras tenemos pies (para caminar), muy obvio ¿no? De nuevo, no. Yo no soy la única, pero sí mi ejemplo más cercano, pues no fue hasta que el contexto mismo me sacudió que yo lo pude comprender, tuve que aferrarme a regresar —viva— porque aún tengo tanto por mirar, reír y vivir… y eso es algo que solo yo puedo decir.

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