Mujeres que limpian

pexels-liliana-drew-9462305-scaled-thegem-blog-default

Una simplemente no puede dejar de leer a Lucia Berlin. Cuando la descubres te intriga todo de ella. Lucia nació en 1936 en Alaska; vivió en Chile, México y Estados Unidos. Tuvo cuatro hijos y diferentes trabajos para mantenerlos. Su biografía es un poco trágica, desde pasar por 3 parejas a los 30 años —la misma edad de quien aquí escribe, por cierto— hasta desarrollar alcoholismo y reflejarlo en sus relatos. No fue reconocida hasta que uno de sus amigos recopiló 43 textos que se tradujeron al español en el libro Manual de las mujeres de la limpieza, obra con la que tuvo más voz y reconocimiento a nivel mundial, sólo unos diez años después de su muerte en 2004.

¿Cómo alguien que describe escenas un tanto perturbadoras te puede hacer reír? No en todas las historias, aclaro, aunque creo que la vida misma es así.

Sus verdades ficticias, porque a ella le gustaba decir que no mentía, sólo exageraba, son una serie de historias incómodas y dolorosas, pero que no parecen tener ni una pizca hacia la victimización. Ahora entiendo por qué probablemente no se hizo famosa en su época. Es inevitable y un tanto ingenuo pensar que las historias contadas no siguen repitiéndose. Aquí la jugada de Berlin es cómo transforma los dolores en narrativas interesantes, gráficas, sensibles y graciosas al mismo tiempo para no quedarse en la rumiación. El mismo Almodóvar estaba preparando una película al respecto hasta que desistió.

Qué encanto leer que hace referencia de mi México, de sus tradiciones sobre la muerte, la soltura de las personas para cotorrear y estar cercanos los unos de los otros, como bien dicen por ahí, como muéganos. Sus relatos sobre nuestras deliciosas playas mexicanas le dan un aire a Se está haciendo tarde de José Agustín.

Sus vivencias en diferentes países y contextos socioeconómicos la acercaron a la riqueza cultural que cada persona le pudo aportar, que le permitió ser parte de otras vidas y complementar sus propias memorias.

Al final, las mujeres representadas en uno de sus relatos no sólo son mujeres dedicadas literalmente al aseo de casas, sino que limpian la vida de los demás, de sus seres queridos. Mujeres que limpian su propia vida para no rendirse, para no perder la paciencia cuando no consigues trabajo o no eres reconocida. Son mujeres que trabajan, se arriesgan y se cuidan para limpiar el dolor de las memorias: son mujeres que limpian su propia historia.

24

Dejar un comentario

X