
I
Mi cuerpo era la casa de los gatos
que se paseaban bajo mis ojos.
Era terriblemente hermoso:
los felinos amenazaban
con desaparecer
en cualquier parpadeo.
II
Cierro los párpados
La casa a oscuras
parece más grande.
III
Dios nunca abrió la puerta de la casa.
Temía abrir la puerta
y encontrarnos,
o darse cuenta de que nunca existimos.