Promesa estelar

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Tomó la red y atrapó a las estrellas fugaces que pasaban cerca de su nave. Para él, era como estar cazando mariposas. Las capturaba y después las guardaba en su maleta de viaje. Muchos creen que los soles son objetos enormes, pero la verdad es que apenas y llegan a tener el tamaño de una bombilla. Tenía ya tantas almacenadas, que con ellas podía crear su propia galaxia. Pero para aquel astronauta, aún no eran suficientes.

Había dedicado parte de su vida a recorrer los confines del espacio. Desde que partió de la Tierra, ha guardado planetas enanos que lucen como caramelos dentro de frascos de vidrio, pequeñas lunas a las cuales ha convertido en llaveros, asteroides que usa como pisapapeles y, desde luego, miles de soles.

Quienes se han topado con él en sus travesías espaciales, piensan que es un mero coleccionista de astros o un loco que desea ser dueño del cosmos. En realidad, es un hombre que hace mucho tiempo hizo una promesa muy difícil, pero no imposible de cumplir.

Él sabe que tarde o temprano deberá volver a la Tierra para entregar el universo que le prometió a su hija.

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Comentarios (2)

Que precioso!!! Gracias por compartir!!!

Maravilloso, gracias Maestro Braulio “Mago”, deseo agregar además él realiza labor comunitaria contando cuentos en comunidades lejanas, en el estado de Querétaro, en los Centros Comunitarios de Paz. Un honor conocerle, leerle y escucharle

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