Blog Librópolis

30 Sep: Derrota (Víctor Flores, mesero)

Señorita Master Card,

por este medio deseo comunicarle

que la quiero,

que la quise desde la primera vez

—De aquella tarde de diciembre,

aún conservo la comanda:

consomé de pollo,

arroz,

enchiladas potosinas—.

Pero ya no puedo soportar su indiferencia,

su crueldad de cliente distinguido,

su habilidad para chiscar los dedos.

Por tal motivo desde hoy, si viene, si decide venir,

la atenderá otro. Yo me voy.

Estoy harto de esperarla,

de temblar en su presencia,

de imaginarla mía.

Sepa usted que renunciaré esta tarde

(ya no veré sus manos de comensal en armonía,

ni sus labios dulces,

ni su bello andar de duquesa despiadada),

renuncio por amor, por dignidad, por miedo.

Mi mundo se hunde porque sus ojos me han mirado.

El hecho de que yo la haya atendido

ha sido el origen de la catástrofe.

Así que adiós, dueña mía,

y permítame recomendarle la ensalada.

30 Sep: Sueños de fuga (Dóberman, vigilante)

En un rincón oculto,

lejos de los visitantes,

tiene su casa Dóberman.

Despierta muy temprano,

siempre alerta,

listo para la primera ronda.

Le gustan los paseos,

el inusitado brillo

del agua que no entiende;

lamenta la bota en las costillas;

agradece las croquetas.

A veces quisiera jugar con los pequeños,

correr tras la pelota, brincar,

pero su trabajo es la fiereza,

inspirar temor,

vigilar la plaza.

Por las noches,

libre de la bota y del silbato,

Dóberman se ve a sí mismo

correr alegre calle arriba.

Rottweiler, que lo conoció,

lo sueña triturando una cadena.

30 Sep: Tristitia

Se lavó los dientes.

Metódicamente se lavó los dientes

frente al espejo.

Y vio arrugas.

Profundas grietas

abriéndose paso

desde la superficie;

surcos de temor,

pliegues de tristeza,

terreno fértil

donde se deslizan las serpientes,

los fracasos y los días.

Se alistaba para salir a trabajar

(7:15 a.m.),

pero se quedó ahí, mirándo

se.

23 Sep: Sin título

Con las señales del cielo extintas

Alguien pretende leer el misterio

en la signatura del caracol

o buscar un mensaje antiguo

en el ala de la mariposa

Alguien convoca la lluvia

como una ancestral añoranza

Alguien respira profundo

como si fuera otro cielo

como si fuera otro sol

09 Sep: Yo no aplasto la corola de milagros del mundo

Yo no aplasto la corola de milagros del mundo ni extermino

con la inteligencia los enigmas que encuentro en mi senda,

en las flores, en los ojos, sobre labios o tumbas.

La luz de los otros

ahoga el hechizo de lo desconocido que se esconde

en las profundidades de la oscuridad,

pero yo,

yo con mi luz aumento el misterio del mundo.

Así como la luna con sus blancos rayos

no disminuye, sino, temblorosa,

aumenta más el secreto de la noche,

así enriquezco yo también el oscuro horizonte

con altas flores de sagrado misterio

y todo lo que es incomprensible

cambia en misterio más grande todavía

bajo mis ojos,

porque yo amo

flores y ojos y labios y tumbas.

09 Sep: Reflejos

Yo no busco el poema ni me esfuerzo

en recordar palabras escondidas;

me basta con sentir que en otras vidas,

como en la mía propia, existe el verso.

Surgen ideas entre sí tejidas

por un significado, oscuro o terso,

y lo noto al instante. No converso

sobre qué escribiré, en entretenidas

reuniones de café- nula cosecha

que el viento sin sentido esparce lejos-

y, por lo general, pongo la fecha

en que el verso nació, juego de espejos,

para saltar de la palabra estrecha

a la amplitud vital de sus reflejos.

02 Sep: Sin título

Empieza con el Mago y termina con la Sacerdotisa,

después que el poeta ha pasado a través de etapas,

(se desarrolla a partir de su libertad)

encara los elementos líricos que están a su disposición,

hasta obtener retribución final donde brilla en el centro de una corona,

algo que definitivamente no es un poema.

02 Sep: Sin título

Para ganar una beca, necesitas la cola de una sirena.

El cuerpo no será necesario.

Quítale su cola.

No la necesita, puede comprar otra.

Para ganar una beca, necesitas la cola de una sirena.

Quítale su cola y entrégamela.

Para ganar esa beca, solo necesitas darme la cola de una sirena.

Quítasela Quítasela Quítasela

Hace tiempo que

nos mantiene confinadas en el sótano.

S fue la última en subir a manos

de otro joven poeta.

Por alguna razón, argumentan que

somos sirenas.

En lo personal,

he llegado a extrañar muchísimo

la luz del sol.

No creo que las sirenas

extrañen tanto

el sol de Querétaro

como yo.

Quítasela.

02 Sep: La torre

Una torre golpeada por un rayo;

destruida por el fuego digital.

Dos personas cayendo de ella,

Hain/carnero astral.

Tu nombre cristaliza a Vau

en el sentido de la materia.

La figura de una de las dos víctimas

sin duda es un poeta.

Literato que desciende a la deriva

desde la cima de un texto.

La caída de Adam,

el castigo del orgullo,

el fracaso de la mente.

El equilibrio es alterado cuando se traza un destino.

Sin temor escribiremos siempre

desde las ruinas del pasado.