2021

01 Abr: Sin título

Hay un pro-fundo silencio

de comino, lentejas y arroz

en el olvido.

Sor Juana,

que sabes de amar y aborrecer,

dime

¿qué pasa después del atardecer?

¿qué pasa, si la gallina no se quiere cocer?

O si como la yema y la clara de un mismo huevo,

él y yo

servimos cada uno por sí,

y juntos

no.

25 Mar: Sin título

Extraño

sin haberla conocido

la certeza de estar

en el centro del mundo

y despertarme

con la cabeza fría

al interior de una casa

que es la única casa

conocida

y mirar los objetos familiares

sin buscarles la sombra,

y no pensar ni un segundo en los cajones

ni en las cosas oscuras

y no pensar ni un segundo

en las sombras de adentro de los libros,

en las sombras de adentro

de la cabeza

fría, que no piensa

en las sombras de adentro.

Sí. La extraño.

25 Mar: Sin título

Está bien, reconozco

que no tengo ninguna

personalidad propia.

Ese gesto

de enojarme con todo y

proferir un insulto desmesurado,

se lo robé a un amigo

al que le sale mejor, por supuesto.

Y ese otro gesto

de morderme las uñas, y ese otro

y el otro, de hacerme,

como dicen algunos, el sueco,

y estas palabras también,

y estas otras. En fin,

no sigo.

18 Mar: Sin título

Todas las decisiones que tomo son tajantes y algunas de ellas son hermosas como las lámparas de araña, y tienen mil cristales tornasoles y un juego complejísimo de luces. Todas son arbitrarias hasta cierto punto y resplandecen en el techo de mi cuarto cuando tardo un poco más en conciliar el sueño. Están como estrellitas fluorescentes, mis decisiones, y componen galaxias provisorias o se hacen las genuinas en mi cielorraso, que rota y se modifica con un vértigo discreto.

18 Mar: Sin título

Me inquieta de las letras que no tengan sombra. Al mismo tiempo, sé que no debo permanecer en esta idea. Dedicarle un poema sería francamente aburrido. Abundarían los símiles y los símbolos y sería insoportable. Pensemos mejor, por un momento, en el ulular de las sirenas de ambulancia, que infecta la ciudad de incertidumbre. O en la gente que muere, sin ir más lejos, que siempre es un tema que deleita a chicos y grandes, al igual que ciertas películas B-15 (para adolescentes y adultos) que parpadean deshaciéndose en las salas de cine.

25 Feb: Cuando todos se vayan

Cuando todos se vayan a otros planetas

yo quedaré en la ciudad abandonada

bebiendo un último vaso de cerveza,

y luego volveré al pueblo donde siempre regreso

como el borracho a la taberna

y el niño a cabalgar

en el balancín roto.

Y en el pueblo no tendré nada que hacer,

sino echarme luciérnagas a los bolsillos

o caminar a orillas de rieles oxidados

o sentarme en el roído mostrador de un almacén

para hablar con antiguos compañeros de escuela.

Como una araña que recorre

los mismos hilos de su red,

caminaré sin prisa por las calles

invadidas de malezas

mirando los palomares

que se vienen abajo,

hasta llegar a mi casa

donde me encerraré a escuchar

discos de un cantante de 1930

sin cuidarme jamás de mirar

los caminos infinitos

trazados por los cohetes en el espacio

25 Feb: Edad de oro

Un día u otro

todos seremos felices.

Yo estaré libre

de mi sombra y mi nombre.

El que tuvo temor

escuchará junto a los suyos

los pasos de su madre,

el rostro de la amada será siempre joven

al reflejo de la luz antigua en la ventana,

y el padre hallará en la despensa la linterna

para buscar en el patio

la navaja extraviada.

No sabremos

si la caja de música

suena durante horas o un minuto;

tú hallarás –sin sorpresa–

el atlas sobre el cual soñaste con extraños países,

tendrás en tus manos

un pez venido del río de tu pueblo,

y Ella alzará sus párpados

y será de nuevo pura y grave

como las piedras lavadas por la lluvia.

Todos nos reuniremos

bajo la solemne y aburrida mirada

de personas que nunca han existido,

y nos saludaremos sonriendo apenas

pues todavía creeremos estar vivos.

18 Feb: Recinto, XVI (fragmento)

¿Qué harás? ¿En qué momento

tus ojos pensarán en mis caricias?

¿Y frente a cuáles cosas, de repente,

dejarás, en silencio, una sonrisa?

Y si en la calle

hallas mi boca triste en otra gente,

¿la seguirás?

¿Qué harás si en los comercios –semejanzas–

algo de mi encuentras?

¿Qué harás?

11 Feb: Página en tu nombre

Tu nombre se puede morder como manzana.

Huele a mango de Manila y a naranja china.

Me deja la lengua morada al igual que el chagalapoli

y la escobilla.

Lo trituro y respiro yerbabuena.

Al separarlo estalla una granada.

Crece a la altura de la flor de caña, es la enredadera

que sube por la cerca o se extiende a ras de patio,

perseguidor de coralillos, sandías y verdolagas.

Si lo agito, escucho el agua que lo llena.

Si se lo doy al loco de la casa, volará a la punta

del cerro y lo hará flauta.

Para librarme de la oscuridad lo conservo en un frasco.

Con la luz que despide se ilumina esta página.

 

11 Feb: 9

Hablabas de cosas que no veían los demás

y éstos reíanse.

Boga con todo en el umbroso río

contra la corriente;

cursa los caminos incógnitos

a ciegas, obstinado

y busca palabras enraizadas

como el olivo de múltiples nudos—

y déjalos que rían.

Aspira a que también el otro mundo

en la hodierna sofocante soledad habite

en este presente dilapidado—

déjalos.

El rocío del alba y el viento del mar

existen sin que nadie lo demande.