Tiempo es lo que los seres humanos piden siempre a todo y a todos; tiempo es la vida que requiere el ser humano para hacer algo en la tierra; tiempo…
2022
El olvido tocó mi puerta y no quise abrirle. Sabía que venía para llevarte y yo todavía no estaba lista. —Es mi sexta visita, ¿no me dejarás entrar? –dijo con…
4 de enero de 2022, Tlalnepantla, Estado de México, dentro de las oficinas desinfectadas del Centro de la Cultura y las Artes José Emilio Pacheco. Estamos en tiempos de crisis….
Improvisación a ritmo. Construcción de canales de comunicación que se vierten en ingredientes amorfos en una articulación. Nacía lo privado en el disfrute íntimo, la ceguera comienza y hay una…
Era tan pequeña como el pequeño paraíso donde vivíamos, una casita de adobe cerca de un canal de agua. Tan pequeño como la felicidad que llega con el recuerdo. Mis…
Hay cambios mínimos y cambios trascendentales. Hay cambios reversibles e irreversibles. Hay cambios que uno busca y los que, sin buscarlos, llegan. Hay cambios paulatinos y los hay repentinos. Hay…
Cuando subimos al bus que se dirige al aeropuerto, su mamá salió corriendo de la casa para despedirse de mí. El bus avanzaba y nosotros, llenos de lágrimas, decíamos adiós….
Mis amigos se me dan en amigos;
a través de molina, llegué al guille y al fer.
Por el fer conocí a adina,
que meses más tarde trajo al mundo a vlad,
a quien ojalá algún día también cuente entre los míos.
El guille me heredó a nora, a fina y a ruth,
y por él conocí al ojalá algún día recobrado michał;
maha era alumno de la querida gris,
y la doctora —de quien fui discípula antes que amiga,
y cuya hermana es amiga desde hace 20 años de ander—,
me trajo a olivas y a la cris. molina también trajo a cris,
y con cris venían ander y más tarde,
quizá algún día, vengan ana y vanni.
olivas, en su relajamiento, atrajo a la luna;
y el amigo valencia, como le dice mi amiga denisse,
un impredecible verano en que fui a visitar a la camila,
me introdujo con emiliano.
Qué alegría por aquellos amigos que explican su amistad con amigos.
Benditos redundantes.
Amores imposibles
ineficaces como la compasión,
como la compasión necesarios.
Amores imposibles que te acompañan con más intensidad
que los amores posibles.
Amores imposibles que te dan la dimensión de tu soledad,
que llenaron de presencias tu soledad,
que le dieron sentido a tu soledad.
Amores imposibles que hicieron imposible
la sola soledad.
Amores imposibles que son la soledad acompañada.
Algún día te escribiré un poema que no mencione el aire ni la noche;
un poema que omita los nombres de las flores, que no tenga jazmines o magnolias.
Algún día te escribiré un poema sin pájaros ni fuentes, un poema que eluda el mar
y que no mire a las estrellas.
Algún día te escribiré un poema que se limite a pasar los dedos por tu piel
y que convierta en palabras tu mirada.
Sin comparaciones, sin metáforas, algún día escribiré un poema que huela a ti,
un poema con el ritmo de tus pulsaciones, con la intensidad estrujada de tu abrazo.
Algún día te escribiré un poema, el canto de mi dicha.
Mi táctica es favearte,
aprender como stalkeas,
quererte como posteas.
Mi táctica es mandarte un inbox
y que me dejes en “Leído”,
construir con emoticones
un puente indestructible.
Mi táctica es aparecer en tu timeline
no sé cómo ni sé con qué pretexto,
pero que me agregues a tus listas.
Mi táctica es trollearte
y saber que eres franca
y que nos compartamos selfies
para que entre los dos
no haya telón ni abismos.
Mi estrategia es en cambio
más profunda y más simple;
mi estrategia es que un día cualquiera,
no sé cómo ni sé con qué pretexto,
por fin te vuelvas meme.
Aman los puercos.
No puede haber más excelente prueba
de que el amor
no es cosa tan extraordinaria.
Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses;
que se pierda
tanto increíble amor.
Que nada quede, amigos,
de esos mares de amor,
de estas verduras pobres de las eras
que las vacas devoran
lamiendo el otro lado del césped,
lanzando a nuestros pastos
las manadas de hidras y langostas
de sus lenguas calientes.
Como si el verde pasto celestial,
el mismo océano, salado como arenque,
hirvieran.
Que tanto y tanto amor
y tanto vuelo entre unos cuerpos
al abordaje apenas de su lecho, se desplome.
Que una sola munición de estaño luminoso,
una bala pequeña,
un perdigón inocuo para un pato,
derrumbe al mismo tiempo todas las bandadas
y desgarre el cielo con sus plumas.
Que el oro mismo estalle sin motivo.
Que un amor capaz de convertir al sapo en rosa
se destroce.
Que tanto y tanto, una vez más, y tanto,
tanto imposible amor inexpresable,
nos vuelva tontos, monos sin sentido.
Que tanto amor queme sus naves
antes de llegar a tierra.
Es esto, dioses, poderosos amigos, perros,
niños, animales domésticos, señores,
lo que duele.
Amor mío, Violeta. Hace tiempo que no pienso en ti. Esta mañana te recordé sentada en la mesa, como cuando escribías hasta el amanecer. Cada vez que ibas a la…
A veces me dan ganas de suicidarme, solo porque sí, sola, sí. Ya no quepo en esta vida ni ella cabe en mí. No más, no ahora, tampoco antes, pero…