2021

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26 Nov: La cita

Izquierda. Izquierda. Izquierda. Miras una y otra vez la pantalla. Ninguno te convence.  «Nada serio, solo sirenas o ninfas del bosque». Primera foto, duende de orejas chuecas y lentes oscuros,…

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26 Nov: Desvergonzado

Popularmente se cree que algunos monstruos suelen habitar entre las tinieblas o en cualquier otro lugar lejano de la vida en sociedad y que, por alguna razón desconocida, tienen el…

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26 Nov: Reprimidos

Despiertas y la miras mientras aún duerme. Se ve tranquila. Tratas de llamarla por su nombre. En lugar de eso dejas escapar un balbuceo. Quieres decirle cuánto la amas. Desde…

25 Nov: Juchitán, el muxe no se va

Juchitán, el muxe no se va

Del cielo llegaron los zapotecos

con su hablar melodioso y su destino

escrito en códices sobre piel de venado.

Raza intrépida, amante de las flores

las cintas de seda trenzadas en el pelo

y una diadema dorada el día de fiesta.

“Esto que usted ve en traje de mujer, es una mujer”

sonríe Tomás. Nació en Juchitán

y desde niño lloraba si lo vestían de varón.

“De mujer puedo tejer y de hombre, trabajar.

Nosotros somos muxes, pero no somos flojos”,

presume y se vanagloria de su libertad.

“La libertad de ser alguien y que te vistas como gustes,

ser cocinero, abogado y desfilar en carros alegóricos.

Las madres aquí respetan a los muxes”,

agrega y su mirada se detiene en una foto de revista

pegada en su cuarto, una novia en su día.

“Acábame de querer si me tienes voluntad”,

tararea y se pone a barrer al ritmo de la música.

Su cuerpo torneado deja ver la hermosura,

piernas largas y cintura de quinceañera.

Ayuda a su madre como una hija más

porque el muxe no se va, emigrante del sexo.

“Ella me dice, ‘sé libre, no importa lo que digan’”,

Tomás vuelve a sonreír y deja caer los párpados

sobre los platos aún sin lavar.

Venus consagrada.

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24 Nov: Coleópteros

Cuando  Mariana        y     Yo  Nos desterramos bebimos de aquella  fuente            prohibida    Vimos las cosas como son  y nos quemó  sentir la verdad  en la piel   El día que…

18 Nov: Maneras de fijar tu sombra, I

Cuando te conocí llamabas a las cosas

con el idioma hallado en los rincones de tu infancia,

donde silencioso añorabas la tibieza prenatal

de la que habías tardado en salir.

Tu madre me dijo que allí te hiciste

la primera grieta

por donde la oquedad te invadiría.

Pero la tarde en que te descubrí

decías las palabras como el viento

forma y deforma las nubes del verano.

Mirabas las piedras como si en ellas

anidaran los verbos que nos harían falta

para comenzar los días por venir;

aprendías de la lluvia insólitos caminos

que marcaban nuestra ruta por las calles.

a tu lado, las botellas rotas fueron esquirlas de la noche,

y la noche, un lienzo para plasmar nuestros espantos,

y tú no eras tú, sino los rayos del sol en mis cabellos,

y al amor no lo nombramos con la boca,

sino con los ojos, con la yema de los dedos,

con nuestra humedad sombría.