2020

22 Oct: Escena del crimen

Temo que el caballo venga por la noche y me muerda la mano.

Que junto a mí se duerma muchas horas, que su lengua

toque otra vez mi nuca y emita un sonido espantoso.

Escucho cómo anda por la sala,

cómo respira, cómo su sangre de treintaiséis litros bombea

su cuerpo y mi tristeza. Soy un niño de ocho años cuya pesadilla

tiene cuatro patas, pelo abundante en la cabeza, ojos oscuros

como la luz del cuarto. Abre la puerta entonces

y el sonido de los cascos al chocarse.

15 Oct: (Sin título)

De niño, cuando los pólipos,

me gustaban mucho los hospitales,

estos edificios grandes,

grandes bloques de concreto armado,

con muchos pisos,

torres circulares,

techos altísimos,

desniveles:

la rampa curva

por donde bajaban y subían

las ambulancias;

 

puentes,

pasillos oscuros,

tragaluces,

ventanas

y ventanales:

el resistero;

 

jardines cerrados al público,

fuentes,

esculturas,

amplias entradas y salidas

por todas partes.

 

A la salida de la clínica

en Gabriel Mancera,

frente a la casa de Alceste,

los escalones eran largos, muy largos,

yo los bajaba corriendo y pegando brincos

y luego íbamos por galletas Mac Ma.

¿Te acuerdas?

15 Oct: 12

El destino de las sombras no es

el silencio, sino la luz.

Los hombres requerimos de un recuerdo para hacernos

de palabras y decirle mundo

al mundo, respuesta

a la pregunta, suposición

al ser.

 

El cielo nos cobija de abandono y en las nubes

no cabe un muerto más. Son

el vivo reflejo de los hombres

en tierra. Nadie avanza

con su propia memoria. No hay impulso

gravedad en la huella

sin la raíz de todos. Acaso

algún destello que nos hace situarnos

frente a la inmensa noche de los días: adivinar

un sol en la mirada de quien amamos

tanto.

08 Oct: Las locas

Deja que derriben puertas,

que tiren muros,

que pinten las paredes.

 

Deja que salgan a la calle

envueltas en coraje

y con los puños en alto.

 

Deja que lloren,

que griten,

que enciendan antorchas

y lo quemen todo.

 

Déjalas,

que el mundo necesita caerse

para que todos vean desde abajo

el reguero de cuerpos sin nombre

que hay en todas las calles.

08 Oct: Hormiga negra

El miedo tiene rostros

que aún no conocemos.

 

Tiene maneras distintas

de comernos la cara

y la voz.

 

Te hace olvidar palabras,

voces

y lugares sagrados.

 

El miedo es un lodo seco

que nos duele en los ojos

y nos amarra la lengua.

 

Te hace olvidar el llanto de las madres

que no han vuelto a mirar

los ojos de sus hijos,

que todavía no encuentran

dónde poner

su dolor.

 

Te hace olvidar la rabia de los abuelos

que fueron despojados de sus tierras

y derribados por el viento

como pájaros

sin memoria.

 

Te hace olvidar la tristeza

de todos los pueblos

que fueron silenciados

y que fueron como hierba que se corta

y muere al sol.

 

 

He soñado hormigas negras,

caminan en procesión

y aúllan el miedo

que siente la tierra

por tanta sangre vertida.

 

He soñado hormigas negras

que presagian el final.

25 Sep: Cómo saber si un cactus ha muerto

Primero habría que fijarse en la rigidez de sus espinas,

luego en la consistencia de su cuerpo

que debe ser firme y robusto,

más tarde habría que pensar en el clima

o en cada cuánto se le puso agua.

Un cactus muere tres meses antes de que nos demos cuenta

y es imposible saber si las pequeñas señales:

los bordes amarillos, el encogimiento,

son indicios de la muerte o tan sólo parásitos.

Los expertos dicen que sólo existe un signo

inequívoco de la putrefacción:

hay que pinchar su carne

para ver si brota algo y confirmar

que el hedor ha comenzado a formarse

desde dentro.

Dicen que el amor es de todos los días

pero yo no sabía que los cactus pueden llegar a ahogarse.

Pensé que cuidarlo era ponerle más agua.

Siempre me ha costado entender cuánto es suficiente.

25 Sep: Este animal que soy

la dificultad

para decir las cosas que lastiman

también las que al placer se refieren

a mí me gusta bailar

besar a mis amigas

y encontrar eso que se llama hogar

en su abrazo en su aliento

soy aquella que

cuida plantas

como cualquier otra

que quiere que la casa

no se desordene por un día

me gusta que me regalen flores

por varios años

lo negué categóricamente

y admito

que miré con envidia a mi hermana

cada vez que llegaba a casa

con un ramo que apenas

le cabía en las manos

25 Sep: Oración a Janis Joplin

Diosa de ronca voz y lisérgica mirada

eléctrica heredera de los campos de algodón

fiera predicadora del regocijo

de ocultar la timidez tras la melena,

 

ten piedad de nosotros, mortales

que sólo nos inyectamos antibióticos

y en la noche apagamos las bocinas

para no despertar a nuestros roomies.

 

Madre de todos los ávandaros y woodstocks

ten compasión de nuestras guitarras

maltratadas por los camiones

y afónicas ya de tanto esmog.

 

Cachondísima virgen del blues

perdónanos

porque ya cumplimos veintiocho

y no hemos muerto.

 

Cósmica chamana

ayúdanos a huir un rato de este siglo

ahora que se han gastado todas las utopías.

Patrona de los viajes

danos un aventón.

17 Sep: La muerte de un crítico II (fragmento)

Desde mi cuarto aislado,

hablo conmigo mismo y me aprovecho.

Convalezco. No disfruto

la polémica con mis viejos alumnos,

y coloco un tablero sobre los brazos de mi silla

para escribir cartas

que incineran temiéndole a mis gérmenes.

Los discípulos descienden como golondrinas del Brasil

o reseñas de libros desde Londres.

¡Ah! en las noches de insomnio, cuando mi tragedia

deleita a las aves ociosas, pregunto

por sus inesperados rostros familiares

que hoy no identifico.

10 Sep: Amadas piedras

Somos el aire más duro que toca, el primer

sueño, las palabras que jamás se dijeron,

murmuran encaramándose las piedras de Chile

porque si tú

sientes el latido de los riscos

entenderás que mi amor es igual que tu amor

y que mi pena es también la tuya

Que los roqueríos palpitan, se encrespan y

hablan

y entonces, en la oscuridad, cuando ya hayas

cerrado este libro

al menos sentirás mi mano buscando la tuya

aquí, en la durísima noche de las piedras