Aún recuerdo el crujir de tus huesos cuando tuviste que volar …
El cabello de Sansón debía permanecer intacto, si no perdería toda su fuerza. Pero mientras dormía, Dalila le cortó el pelo y así acabó con su poder sobrehumano.
Llegué a esta ciudad, creo que se llama Gorod o quién sabe.
Es el cuerpo un pedazo de vida y tiempo.
El aceitoso mundo de la lucha turca ha tenido figuras que nos resultan raras cuando nos adentramos en él. Umut Tarkanoğlu fue quizá uno de los ídolos desconocidos de esta noble tradición.
Estábamos bajo la sombra de un árbol, ella abrió el libro y extrajo flores secas, pequeñas corolas, suaves y delgadas, como papiros. Miré sus manos; algún milagro –pensé– se operó en las cadenas genéticas para que abriera y cerrara sus falanges.