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Soplé la vela, pedí un deseo, abrí los ojos y se fue con el humo, se aventó por la ventana y tomó la misma calle que tú cuando te fuiste ayer para no volver.   Palabras        

En el ombligo del conejo de maguey

                                        a México I Perfumado con palabras de tu exégesis Los dioses en ideas substanciosas Dioses en muchos verbos El Dios de la peste que te conquista La lengua crucificada, el caníbal de la pedagogía Entras a la secta de

Risa: Manual de Usuario

La risa es una sustancia fugaz, espontánea, que se impregna en la memoria como tinta en tela, es un reactivo que produce felicidad, se comporta como una sustancia radioactiva formada a partir de lo irónico, absurdo, inesperado, etc., presente en

Eres inefable

Experimenté una profunda insatisfacción al intentar plasmar con palabras el impacto que tu presencia causó en mi mente aquel día en que te conocí. Me enfrento a la incapacidad de encontrar vocablos capaces de describir la magnitud de lo que

Imagen desterrada

A Toñito, que no se acordará de mí A él y a su antigua casa A ese día en que lloré porque perdió su casa  y encontró mi corazón     El pájaro más solitario del mundo se llama Copetón

Reencuentro

Para Karen Era un hermoso miércoles para hablar del pasado. Ahí estabas mirando a las personas transitar, y con violenta atención descifrabas la trayectoria del viento. Yo de lejos alcancé a echar un vistazo y reconocí quizá tu nombre, quizá

Otro día común

Un verano más, otro año que transcurre, otra tarde nublada, pareciera que nada iba a cambiar, sin embargo ese día fue de lo menos común, pues las nubes que se arremolinaban en el celeste cielo formaban una visión increíble, las

Ruta 13

Realmente me esforzaba por convencerme de que cada día era un hermoso día, pero aquel vago pensamiento me duraba más bien poco, pues terminaba creyendo que mi vida era aburrida sin importar si fuera de noche o de día. Visitaba

Luna

Una mañana desperté sin alba, sumergido en las tinieblas que me habían acompañado a lo largo de mi vida.   Perdí la brillantez tan pronto nací, salí de las cenizas y al cielo subí.   Yo, el brillo menor, había

En vano

Era mejor de lo que yo podría pedir, siempre agradecí al tiempo por la sincronía. Vivir en meses lo que pudo ser años, siempre presente por si se terminaba el plazo, y por la escasez de abrazos que traería consigo.

Carta al corazón

Era un hermoso día, todo fluía bien, pero algo me faltaba. Cuando te vi entrar, mi corazón no supo reaccionar. Corrí hacia ti, pero no parecías interesado, tu mente no estaba concentrada en mí. Fue un hermoso día, no había

El nacer

Fue un lunes, la madrugada cubría la ventana y un ardor en mi vientre llegó. La sensación me fue ajena, la carne se sentía supurar por dentro. Por mi mente pasaron mil pasajes, pero ninguno me remontaba a una referencia

Una señal que me pierda

Me vi en el espejo y suspiré. Me preparé para lanzarme al día. Ignoré la monotonía. Pude desconectarme de mí mismo ya sobre la calle vacía. Recobré el sentido a unos metros de mi destino. Quería cualquier cosa menos dejarme

Cuando te vi

Aunque con cierta indiferencia y escepticismo de saber quién eras, fue un hermoso y soleado día cuando te vi. Algo de ti me llamó la atención; de entre todas las personas lucías singular, alguien discreto, pero al mismo tiempo audaz.

Mi verdad

Ciudad que tocó una vez mi vida, dime por qué no es esta dirección la que yo he buscado por tanto tiempo. Camino en tus calles, recordando esa decisión. Y voy a ese lugar, donde me enamoré de la vida

Camelia

(Memorias de una flor seca) No recuerdo cuándo fue la última vez que pude sentir algo verdadero, pleno y sustancioso, el sol acariciándome sutilmente, casi como un abrazo divino y celestial. Mis recuerdos se limitan a aquella ventana grande y

Retrato sólo para decir…

Esto es sólo para decir que un par de ojos azules, grandes y luminosos han hecho la diferencia en una persona. Solecito llegó a mi vida sin que yo la esperara. Una tarde de febrero arribó a mi casa, lucía

Selección de poemas del libro La Edad de Hierro

Muchacha tebana   Reclino mi cabeza junto a la adormidera y pienso en ella. Pienso en ella y calla el temblor de la imagen.   Todo, incluso el silencio, reanima la conciencia que hace ver los caballos del infierno muchísimo

Recuerdo

Recuerdo con mortal pulcritud tu partida, recuerdo tu ceño fruncido, tu mirada seria y, por supuesto, la ausencia de tu sonrisa.   Recuerdo las palabras hirientes que me destruyeron día tras día, tu risa burlona y la superioridad que hacía

Poesía para no decir nada

Es sólo para decir que no he podido decir nada, que me he quedado callada, inerte, sin frenesí.   Es sólo para decir que me tragué mis palabras, y que sólo ahora me queda depositarlas aquí.   Pero las palabras

Madre tierra

Esto es solo para decir que no me olvido de ti, tierra madre, la gente parece haber olvidado de ti tu rostro amable. Y es que entre las jaulas de concreto nos hallamos recluidos, con los ojos hundidos o desorbitados,

Esto es solo para decir

Se siente extraño, se siente borroso y un tanto falso. Pero me comienza a gustar toda esta calma, después de una tormenta que casi me arrastra al río. Ha pasado tanto y ahora me encuentro en un estado de luz

Sólo por decirme

Siempre hay algo que me inquieta: como ese sonido que aflora en el silencio. El aire que respiro y no lo siento, sin sustancia. Mi andar tosco y estas palabras que no reconozco como propias. Esta noche vi mi reflejo

Noche lluviosa, fantasma cautiva

Lily recuerda el día del beso como uno especialmente hermoso; tal como le gustan: gélidos y lluviosos. Al entrar la noche detuvo su lectura de Woolf para asomarse por la ventana e inhalar el dulce aroma de la tierra y
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