Blog – Libropolis

Viaje II

Miramos tenues y cálidos focos del árbol En el que aquel que no se deja amar colgó un lazo, Nos vemos. Lo objetivo es halógeno fuera de foco.   Hablamos de vida mientras la estamos viviendo, Es un basurero —perros

Cazador

Una vez vi un bosque en los ojos de mi presa. Lo liberé.

Cuidado al andar

Caminar es uno de esos complicados movimientos que mecanizamos a tal grado que nos damos la oportunidad de desconocer la cantidad de músculos, huesos y otros esfuerzos que deben coordinarse para dar pie al desplazamiento. ¡Es tan fácil criticar la

Deseo

Una vez vi un bosque que llevaba directo al infierno. Si me acercaba lo suficiente a él, escuchaba mi nombre lanzado al viento en pequeños susurros. Me asustaba lo mucho que me gustaba estar cerca de ahí y escuchar mi

El bosque de mis hijas

Allí estaban encerradas en las locuras de la vida, asustadas, enojadas, perdidas.  Intenté siempre guiarlas por el camino más seguro, construyendo un sendero firme, pero con diminutas rocas para que no se lastimaran. Sin darme cuenta, confiado de sus acostumbradas

El bosque que se ve

Una vez vi un bosque,  cuyas raíces reptaban a través de un suelo generoso y dispuesto,  se alzaban con majestad las copas de sus árboles y comunicaban a las nubes peregrinas sus secretos,  y las nubes, agradecidas, le otorgaban agua

En la claridad de una tarde

Una vez vi un bosque, en la claridad de una tarde. Los ramajes se acompasaban con las siluetas del aire. Las flores tiernas y bellas, cobijadas bajo un árbol, acicaladas de colores bailando al ritmo de los ramajes. Distantes aves

Estaciones

He vivido en este bosque desde su inicio, cuando no era más que pequeños retoños abriéndose paso entre la tierra, y antes de que las aves y las ardillas se instalaran en su vastedad. Los vi crecer, multiplicarse y dominar

Hojas de otoño

Caí sobre las hojas crujientes de otoño. Extendí los brazos mirando al cielo y recordé aquella noche en el bosque, cuando la luz de la luna nos envolvió y atestiguó nuestro turbulento canto. Entonces, sonreí, porque donde sea que estés

La bruja de Castilla

Fue en 1527 cuando conocí a Fátima, la bella marroquí fugitiva de su esclavitud en Santa Cruz de la Pequeña Mar; ella fue quien de Marruecos huyó a Andalucía y de ahí vino a morar a Castilla en la pequeña

Los secretos del bosque

Una vez vi un bosque, oculto por una pesada y eterna neblina. Víctima de la curiosidad, me adentré en sus parajes, siguiendo un río de jade hasta las cascadas del Carvátroz. Quedé maravillado con las enredaderas de devoradientes, con las

Perdida en el bosque dentro de ti

Una vez vi un bosque inmenso que parecía no tener fin; pero no sólo lo vi, entré. Algo relacionado contigo me hizo llegar ahí. Recuerdo que anhelé encontrarte, cosa que jamás pasó. Algo dentro de mí sentía que ya no

Ramal

Sus sombras ardían cuando movía mis dedos, no podía moverme, pegada a la tierra helada. Sus frondas susurraban y centelleaban verdes mágicos, imposibles de replicar; destellos que resistían el ruido de las ciudades cada vez más cercanas, invasoras insaciables y

Recuerdos

Una vez vi un bosque Montañas altas y nevadas Ventanas y viento  Fotografías, pies fríos y gorros  Hojas secas quebrándose y botas.   Una vez vi un bosque  Frío y silencioso.

Recuerdo cenizo

Una vez vi un bosque en llamas, unas llamas en las cuales se reflejaba un vano, un esquivo recuerdo que había estado intentando recordar desde aquel tiempo en que miraba atento a los aviones sentado en un balcón que daba

Reminiscencia

Una vez vi un bosque arder en llamas, vislumbré en ellas múltiples finales, sombras y colores vivos; fragmentos fugaces de amores pasados y sueños prohibidos.  Todos conducían a un mismo camino con destino a mí.  Me sabía extraviado e incapaz

Te seguí

Una vez vi en un bosque tu silueta matinal,  era tal tu esplendor que opacaba la luminosidad del sol veraniego. Te seguí, sin prestar atención a lo que mis sentidos querían mostrarme, no observé el cielo que se vestía con

Última medianoche

—¿Qué serías capaz de hacer por amor a mí?—, me preguntaste aquella tarde de verano. Me tomaste desprevenido, pero jamás dudé de la respuesta: —Mataría por ti, si así me lo pidieras.  Aquella pregunta voló con el tiempo y se

Una vez vi un bosque

Una vez vi un bosque. Más de una vez, a decir verdad. Puedo recordar el olor a tierra removido por manos bruscas y arados. Cubierto por el sereno, el día alcanza su esplendor. El lodazal, en algunas partes, se entremezcla con

Una vez vi un bosque

Una vez vi un bosque, era como los de las fotografías de mi abuelo. Su aroma a humedad, su frescura, me hizo sentir alivio, quería regocijarme en las raíces de uno de sus árboles pues parecían brazos que salían de

Una vez vio un bosque

Una vez vio un bosque  a lo largo del fango:  se encapsuló en el fuego de las rocas, sobre el río saltaban salmones azabaches e inflamados.   Nadó bajo la tierra  cortando las raíces, se llenó de gusanos sin obedecer

Carta a la orilla de un nido

Querida:   Anoche tuve una visión. Me soñé al pie de un árbol, dormida mientras sostenía tu tierna mano. El sol perforaba mis poros, mi piel se convertía en una masa caliente y poco a poco me transformaba en otro

Bosque

Una vez vi un bosque y ese bosque también vio en mí. Las copas de sus árboles se fruncieron, estaba intrigado con mi presencia. Los pajarillos se asomaron de las ramas y sus plumas me señalaban con tanta extrañeza. Pronto

Bosque

Mito petrificado, escribo la lengua de un sátiro. Al igual que aquella figura,  la esencia de mis palabras va desnuda. Los dioses se recostaron para darnos vino, paz, misterio y sombra; se transfiguraron en respiro para los mortales. El alma
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