
¡Cuidado con verlo en el espejo!
Nace del silencio, genera un vivir ausente, pesa una inmensidad y puede impedir que te levantes. Te acompaña día a día, el entorno lo llena de oscuridad, escuchas que grita incertidumbres, se alimenta de ti todo el tiempo. ¡No lo
Bruma
No hablo el idioma de esos ojos que me miran y me sacuden como un temblor, no reconozco esas manos que tocan mi cabello, las palabras, pomposas, desdibujadas apenas en las líneas de los labios. Creo en el absurdo
La cena está servida
Nos mirábamos los unos a los otros, la sospecha en los rostros era notoria, la pregunta en la mente de todos los que estábamos ahí era: «¿quién entre nosotros es el monstruo?». Llevábamos sólo un par de horas, pero cada
Las cartas sobre la mesa
El hombre siempre busca respuestas. El primer paso para encontrarlas es el autoconocimiento, permitirse sentir y pensar. Más allá del desahogo con los cercanos, si la respuesta no satisface el vacío interno, el ser humano buscará librarse de estereotipos y
Monstruito de tela
Aquella noche no podía dormir. En la madrugada el pensamiento abrasa mi cerebro y extirpa la razón. Recuerdo que lo vi, por primera vez, en la silueta del bulto de ropa vieja: ーDóblala y acomódala antes de dormirー, ordenó mamá,
Pum…bom…bun
Pum bom bun El gato negro salió del salón Pum bom bun Se paseó por el patio Pum bom bun Hizo añicos mi corazón Tú y yo nos escondimos, porque sabíamos lo que seguía Tú y yo actuamos peor
Rostros
A Julián, y a dos más que juegan en casa ajena Llegó un día de la escuela. Sola en casa, pensó que era buena idea ver una de las películas de Lars von Trier que su hermano escondía en un
The Cure
Con esa música post punk que se escuchaba en el bar, la chica vio al gótico de sus sueños; tenía miedo de acercársele. Sin embrago, por obra del destino comenzó a sonar Just like heaven, y sintió que eso era
Alux del mayab
Chan pal te llaman los campesinos de Acanceh Travieso y malévolo Se escabullen en las ruinas y montes de Acanceh para hacer su propio lio De alpargatas y sombrero deambulas con tu perro maya Lanzas piedras y escondes cosas adentro
Un monstruo de cerca
Dijeron que los monstruos vivían debajo de las camas, dijeron que eran horribles; ahora sé que estaban equivocados. Tú eras diferente, con ese aspecto hermoso que para nada te acercaba a la descripción. Las historias dicen que la boca de
Eleonor
En una noche de otoño, eras la mujer de cabello verde la mujer blanca que se acercó a mí como si me conociera de toda la vida. Aquella mujer que poseía una belleza que conmovía las sombras. Creada perfecta
Tediosa eternidad
Durante un siglo Drácula y Dorian Gray se han reunido para conversar. Tratan de contar algún suceso que impresione al otro, pero cuando se ha vivido por tanto tiempo es difícil sorprenderse. Guerras, enfermedades, religión, son algunos temas de los
Mujer habitada
Somos seres habitados. Por el otro; por los otros. Afirmamos de manera equívoca que somos uno, “yo soy así”. Como si fuéramos esencia de nacimiento. Quizá lo somos, pero solo en parte, la cuestión es que esta parte se modifica
Mi monstruo ha estado aquí
Hay que entrar en esa paranoia hasta encontrar una solución lógica al temor. Hay que creer que el problema es nuestra mente y no lo que nos rodea. Mientras un adulto bebe una copa en un bar a mitad de
El embrujo
Catalina juega a los embrujados: no puede hablar hasta que digan su nombre. El problema es que nadie lo hace: ni su padre, ni su madre, ni la maestra cuando pasa lista. Catalina piensa que está muerta. Se imagina que
Tu humanidad en una carta
Hermes: —Mi señor. He aquí el listado solicitado por usted sobre la humanidad, todo esto lo he traído a partir de recoger todas las cartas de cada lugar del Hades donde moran estos pensadores. Zeus: —Tráelas aquí, comenzaré a leerlas.
Una carta para la felicidad
¡Mamá, papá! Hoy es un día muy especial para mí, hoy cumplo lo que siempre quise y me encuentro contento porque sé que con este gran paso que voy a dar los haré muy felices. Gracias por hacerme tan feliz,
Número de la suerte
Ella dejó las cartas ganadoras sobre la mesa, la suma de éstas daba 12. Él ganó obteniendo el aclamado 21. Más tarde, se enamoraron en la mesa 121. Ese número devino la representación de su amor. Pero ¿qué más da?,
La carta definitiva
Las cartas están sobre la mesa, Sin pensarlo tomé la de la derecha, alzo mi carta y solo miro que todo está perdido, Esa carta ahora es mi martirio, Este juego me ha extraviado Tomé la carta incorrecta, El destino
El amor en época de otoño
Hubiera preferido, mil veces, haber leído su carta antes de la tragedia. Era mi amada, aquella a la que le entregué mi ser sin esperar nada a cambio. Su muerte me sigue atormentando, después de tanto tiempo. Ella era así:
Agua negra
—Pon tu mano en la baraja —me dijo la mujer mientras la revolvía— y visualiza el camino al que nunca has querido ir. Cuando termines, será momento de que saques una carta. Cerré los ojos y entregué la mano
El sopor de mi silencio
Mis ojos descalzos caminan sobre tu alba piel, Estremeciendo las plantas de mis pupilas. Mi mirada busca interpretar Las cartas sobre la mesa Que tus palabras dejan En los misterios del día. Tu largo y fino cabello Se ondula y
Encuentros
—Acéptalo Leo, no hay forma de llegar hasta ahí. Tenía que admitir que el reciente pesimismo del perro me incomodaba a pesar de lo mucho que me gustaba su compañía; decidí ignorarlo ya que al mirar hacia el cielo del
Corazones
Nos encontrábamos en un recinto frío y húmedo. Parecía que recolectaron a las once personas que estábamos presentes con una sola característica en común: ya nada nos importaba. Nos habían dado una carta para cada uno. No podíamos verla ni