Pérdidas

Desde que te fuiste, la vida perdió todo su sentido, sus colores y su pasión. Nada ha sido igual, pues lo que solías representar ya no se encuentra en ningún lugar; nos has dejado con el corazón roto, tus lágrimas

Eres bizcaíno

Bizcaíno, porque miras a los lados y nunca fijas tu mirada en mí, que estoy frente a ti. Ojo tuerto, te insulto, insulto tus ojos; estrábico, cegato, petirrojo, torcido, bizcoreto, vireco, quisneto, bisojo; de todos, el que más eres tú,

Poesía sin destinatario

De amar hambrienta y pobre. Aunque ya sea costumbre, arden estas manos; tendones agotados de escribir ilusiones.   Redactando imagino la cumbre. Idea sin rostro, deseo marchito. Aún no tienen tu nombre los versos que te he escrito.   Te

Mar en sueños

El almanaque deja volar sus hojas entre constelaciones y olas. No se sabe la exactitud del tiempo y la espera. Uno navega con la vida entre el cielo y las estrellas buscando unos ojos, unos pasos, una boca y unas

El frígido

Recuerdo que me confesó en privado, rogándome que no le contara a nadie, que tenía un diario en el que escribía de todas las personas a las que su vergüenza le impedía decirles lo que sentía. «Me gustaría que cuando

Querido diario

Ayer lo volví a ver. Era de noche y cenábamos en nuestro restaurante favorito; aquel en el que la pareja de ancianos siempre tenía una taza de café para ofrecer. Conversamos durante la cena, reímos y nos miramos a los

XXVI

Para él. Ya no recuerdo su nombre   Uno Tentación de matar aquello de lo que huimos. Obligación de huir de mi nombre y la culpa. Ofuscación de la voz de mis vísceras y de infantes, el recuerdo descompuesto. Premonición

Quisiera, hubiera

Su presencia, en alguna parte de mi mente, se hizo notar a los nueve o tal vez diez años. Las prioridades dentro de una primaria religiosa llegaban a ser contradictorias con el sistema educativo. La inocente alegría de perder clase

El viento hizo que mi amigo no existiera

Te estoy llorando con un ojo de desesperación y el otro de impotencia. Te estoy llorando, hermana, es todo. Enriqueta Ochoa Yo tenía un amigo, pero el viento otoñal se lo llevó volando, tomó su alma y la elevó al

Príncipe

Estoy asustada y fría: te has marchado y me has dejado aquí.   La luna baja y mancha las flores con luz muerta y cenicienta; mientras surcan el cielo fantasmas de lechuzas volando hacia la urbe silenciosa.   Te busco

Ojalá no existieras

Me dijeron que le escribiera a alguien que no existía. Ojalá no existieras. Ojalá no existieran tus ojos, tus manos y tus labios que tanto me hacen sufrir cuando no me ven, cuando no me tocan, cuando no me besan.

Mar inquieto y sereno

Eres un conjunto de olas que están en constante movimiento. Eres un mar lleno de acertijos y reliquias al que no todos pueden llegar, porque para eso se necesitan el material y el equipo precisos. Sin embargo, una vez que

Lo que escribí para alguien que no existía

Como un suspiro, la mitad de mi vida he anhelado encontrarme a alguien como tú. He de admitir que, durante esta espera, te escribía con el amor y la paciencia requerida. Tal vez idealizaba tanto ese momento que todo parecía

Perro

Estaba nuevamente sentada en el piso con las rodillas en el pecho. Totalmente desecha, con emociones y pensamientos oscuros que desalientan, que destruyen; pensamientos con los que no entiendes nada, que te reprochan todo, que te tratan mal y te

Querido miedo

Querido Miedo, me has cambiado. Desde que convivimos no soy la misma. Llevas quince años adyacente a mi costado, te quedaste impregnado en mi cerebro y no quiero pensar que será para siempre.   Me has obsequiado nudos en la

Lo que escribí para alguien que no existía

¿Cuántos son los pasos que uno debe dar para saber que llegó al lugar correcto? ¿Cuánto debemos equivocarnos para saber lo que queremos? Quizá siempre fue el lugar correcto, quizá nunca nos equivocamos, pero caímos en la ilusión del tiempo.

En memoria a Santiago

Nunca pude saber a ciencia cierta si sus pensamientos rondaban los míos. Al menos, yo creía que lo hacían, que lo hacíamos. Solíamos correr, amábamos hacerlo. ¿Ves esa estrella? Hoy no pude escribir, tenía la cabeza volada. ¿Y ahora a

Anhelo

Le escribí cientos de letras a la versión de ti que esperaba que llegara algún día. Te escribí pensando que al final miraría tus ojos y escucharía tu voz. Pero el día que te volví a ver, me di cuenta

A veces

A veces todo se observa mejor cuando mayor es la distancia.   Hoy dejo mi cuerpo en casa y salgo a la calle para corroborar que existo.

Mi último suspiro

Son las 02:57 a.m. y mis peores miedos me vuelven acechar. Acostada en mi cama me invade el miedo, los escalofríos me recorren de pies a cabeza, lloro como si fuera mi última noche. Los pensamientos no me dejan respirar

Cuento a Margoth

He de saludarte como una madre que te engendró en una noche de ilusiones, sueños, desvelos y amores. De esos que te hacen fantasear con una vida tranquila, sonrisas, zapatos pequeños por todos lados y con la posibilidad de comprar

No voy a responder

Te lo dije. Te lo dije. Te lo dije aquella noche afuera del bar temblando: «Si decides irte, es para no volver». Tú aseguraste con los ojos vacíos y el cigarro en la mano, que no regresarías. Pero aquí estás,

Carta a casa

Mamita: ¿Cómo has estado? Yo estoy muy bien. Me encanta la escuela, pero te juro que esta vez sí se me hizo pesado por la cantidad de tareas y me urge un descanso. Igual parece que pronto va a acabar

A Lunita le dolía la vida

Uno de los tormentos de quienes se quedan tiene que ver con las señales que dejamos pasar. Esas situaciones que, a pesar de tener frente a nuestros ojos, dejamos ir.  Por eso me quita el sueño recordar la primera clase
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